En 1986, el
famosísimo videojuego Tetris sale. Todavía no se sabe entonces, pero más de mil
millones de personas lo iban a probar y muchos iban a volverse adictos. Millones
de horas de juego (de adicción) después, Tetris se convirtió en una verdadera
leyenda del videojuego. Y ni siquiera tiene un personaje o héroe carismático
que lo represente (y perdió mucho dinero en ausencia de artículos de promoción
y productos derivados como pueden vender Mario o las Tortugas Ninjas por
ejemplo). El principio es muy sencillo: ladrillos y bloques caen del cielo y
tenemos que organizarlos, controlando su caída, que además va acelerando con
el tiempo. Otro detalle importante que
convirtió el juego en leyenda es la música. A los que han jugado Tetris en su
vida, les pido una disculpa de antemano porque estoy seguro que desde ahora van
a tener la música en mente durante buena parte del día.
Una adicción al orden
La magia del
Tetris, lo que lo hace tan adictivo, podría explicarse con la psicología
humana, y sobre todo con nuestra necesidad de ordenar las cosas, de no
quedarnos con tareas no cumplidas. Y Tetris es exactamente eso: una sucesión de
tareas a cumplir… que nunca se cumplen. Cada vez que se organiza el juego
colocando un bloque, aparece otra pieza del rompecabezas a terminar. Nosotros,
jugadores, somos los que creamos nuevas tareas infinitamente Un escritor
fanático del Tetris escribió un día que el inventor del videojuego había creado
un “farmatrónico”: un juego electrónico con potencial de droga adictiva.
Incluso se dice que los adictos al Tetris ven bloques cayendo del cielo en sus
sueños después de horas de juego. Se ha inventado el termino “efecto Tetris”
incluso, para los que tienen alucinaciones en la calle y ven los edificios
moverse. Otro fenómeno importante a destacar es la importancia de la acción:
estudios psicológicos han comprobado que preferimos mover los bloques para ver
si caben en lugar de imaginárselos antes de girarlos. La acción (rápida y a
gran ritmo) es entonces preferible al pensamiento. Es otro ingrediente del
éxito de Tetris.
Alucinando después de horas jugando...
Tareas incumplidas
La necesidad de
ordenar y organizar las cosas en los juegos era conocida desde hace mucho tiempo;
no es nada nuevo. El billar es un buen ejemplo que parte de una acción de
romper (implícitamente el orden). En el Tetris van más allá: el orden es
imposible ya que siguen cayendo los bloques… ¡sin fin! En los años 1930, un
psicólogo ruso (¿será eso una coincidencia?) se dio cuenta que los meseros de
los cafés con mucha gente podían recordar las ordenes muy complejas sin
esfuerzos pero al haber cumplido “la tarea”, olvidaban por completo lo que
habían servido. Se concluyo en aquel entonces que las tareas incumplidas se
quedan en la memoria.
No sé si sea
correcto, pero se podría pensar entonces que la ubicuidad de los medios de
comunicación, de los medios, de toda la información actualmente disponible en
tiempo real nos haga sentir en constante estado de sentir que no cumplimos con
nuestras tareas. En el trabajo también nos podemos sentir así con la adicción a
los correos electrónicos y nos deja una impresión de nunca terminar las cosas.
Es más fácil que todo eso se nos quede en la mente, y como se van sumando las
tareas sin terminar, nos saturamos muy rápido. Por lo tanto,
ahora los psicólogos especializados en las relaciones en el trabajo recomiendan
ir tarea por tarea, dejando palomitas en la lista para todo lo que se ha hecho.
Ayuda mucho a sentirse más satisfecho, aunque sean tareas muy pequeñas y
puntuales.
Una receta que sigue funcionando
Pero regresamos
a los videojuegos. Hoy en día, otros videojuegos donde hay que organizar o
cumplir con tareas continuas (construir pueblitos, organizar guerras, organizar
un supermercado, etc.) con niveles de dificultad creciente tienen mucho éxito
también. Aprovechan esa misma necesidad del ser humano que acabamos de
describir. Provocan una especie de satisfacción en cadena en cada momento de
cumplimiento de las mini-tareas que los juegos nos imponen, y no se quiere
acabar con ellas. Tengamos cuidado entonces con lo que hacemos, e intentemos ir
una cosa a la vez para no sentirse saturado.
Y ahora, un vídeo de un excelente jugador del Tetris de arcade. Vean a partir de 3:30 si no están impresionados...
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