Aquí, ya leshablamos de la regeneración de tejidos y de órganos por varios métodos: ya sea
utilizando impresoras 3D y materiales sintéticos que imiten las funcionalidades
del tejido a remplazar o creciendo células madre capaces de diferenciarse en el
tipo de células deseadas para regenerar una parte herida o amputada de un
tejido. Hay tanta investigación a nivel mundial (¡incluyendo a México!) sobre
el tema que ya están apareciendo órganos completos regenerados. El parámetro
clave en medicina regenerativa es que el nuevo tejido u órgano cumpla con las
funcionalidades del que tiene que sustituir. Casi cualquier tipo de células (y
entonces de tejido) se puede regenerar con esas técnicas de bioingeniería y
seguramente en un futuro cercano se emplearán esos métodos en nuestros
hospitales. Sin embargo, hay todavía un tipo de tejido que se reconstruye pero
que no puede asegurar las funciones deseadas: la red nerviosa constituida por
neuronas y sinapsis. Efectivamente, parece imposible poder reconectar la
memoria de una persona que padece de enfermedades neurodegenerativas como la de
Alzheimer por ejemplo. sin embargo, hoy, un gusanito de apenas unos centímetros
parece demostrar que existe una posibilidad de lograr regenerar la memoria también,
a partir de células madre.
Un gusano que se auto-regenera capaz de aprender
Un gusano que se auto-regenera capaz de aprender
En los años 1950
y 1960, el biólogo James V. McConnell trabajaba con una especie de gusanos carnívoros
llamados “planaria” porque se parece extrañamente a los vertebrados como
nosotros: tiene un cerebro central, con sinapsis y neurotransmisores similares
a los nuestros. Su trabajo se focalizaba sobre el estudio de la generación y
transferencia de la memoria en estos animales. Sin embargo, su forma de
trabajar y de reportar su trabajo así como algunos estudios extraños sobre la
transferencia de memoria de un planaria a otro mediante el canibalismo, dejaron
a muchos científicos perplejos y pocos pudieron repetir sus logros. Su teoría
era que existe una especie de sustancia química que es responsable del
almacenamiento de la memoria (la memoria ARN).
El gusano planaria tiene otra cualidad extraña: posee células madre llamadas neoblastos que lo hacen capaz de regenerarse sólo si se corta una parte de su cuerpo. Eso incluye su cabeza. En tan sólo 14 días esa parte del cuerpo tan compleja se puede regenerar. Este verano, un grupo de la Universidad de Tufts en el estado de Massachusets (EEUU) ha podido demostrar que además de poder regenerar su cabeza el planaria puede regenerar su memoria. ¿Cómo lo hicieron? Tuvieron que enseñarles algo muy fácil de detectar a unos gusanos antes de cortarles la cabeza y ver si 14 días después su nueva cabeza podía acordarse del aprendizaje. ¿Cómo enseñarle algo a un gusano? Condicionando su comida: al gusano no le gusta la luz intensa ni las superficies confinadas y rugosas, sabe detectarlas y alejarse de ellas, entonces los investigadores entrenaron a los gusanos a vencer sus miedos para ir a comer. Pusieron a un grupo de gusanos en una caja Petri normal, tranquilos y a otro grupo en una especie de caja con muchos obstáculos detectables por los gusanos: paredes de plástico y metal, suelo rugoso y una luz intensa iluminando los trozos de carne de res que come el gusano. De esta manera, les enseñaron a ir más rápido hasta la comida y a comer más rápido también para regresar a un lugar que le parezca más amigable. Durante varios días los planaria aprendieron a realizar esas proezas y era claro que su comportamiento era una decisión del cerebro y no un reflejo. El tiempo que tardaban los gusanos entrenados a comer en estas condiciones era mucho menor al tiempo que se tardaban los pobres gusanos que vivían tranquilos en la otra caja amigable, sin trampas.
El gusano planaria tiene otra cualidad extraña: posee células madre llamadas neoblastos que lo hacen capaz de regenerarse sólo si se corta una parte de su cuerpo. Eso incluye su cabeza. En tan sólo 14 días esa parte del cuerpo tan compleja se puede regenerar. Este verano, un grupo de la Universidad de Tufts en el estado de Massachusets (EEUU) ha podido demostrar que además de poder regenerar su cabeza el planaria puede regenerar su memoria. ¿Cómo lo hicieron? Tuvieron que enseñarles algo muy fácil de detectar a unos gusanos antes de cortarles la cabeza y ver si 14 días después su nueva cabeza podía acordarse del aprendizaje. ¿Cómo enseñarle algo a un gusano? Condicionando su comida: al gusano no le gusta la luz intensa ni las superficies confinadas y rugosas, sabe detectarlas y alejarse de ellas, entonces los investigadores entrenaron a los gusanos a vencer sus miedos para ir a comer. Pusieron a un grupo de gusanos en una caja Petri normal, tranquilos y a otro grupo en una especie de caja con muchos obstáculos detectables por los gusanos: paredes de plástico y metal, suelo rugoso y una luz intensa iluminando los trozos de carne de res que come el gusano. De esta manera, les enseñaron a ir más rápido hasta la comida y a comer más rápido también para regresar a un lugar que le parezca más amigable. Durante varios días los planaria aprendieron a realizar esas proezas y era claro que su comportamiento era una decisión del cerebro y no un reflejo. El tiempo que tardaban los gusanos entrenados a comer en estas condiciones era mucho menor al tiempo que se tardaban los pobres gusanos que vivían tranquilos en la otra caja amigable, sin trampas.
Memoria regenerada
Para comprobar
que existía un proceso de aprendizaje completo, con memoria, los investigadores
dejaron tranquilos 14 días a los planaria antes de volver a probar el sistema y
por supuesto funcionó… Esos 14 días son importantes ya que es el tiempo que se
tarda en crecer la nueva cabeza y se necesitaba una referencia. Teniéndola, los
científicos de Tufts cortaron la cabeza completa de los gusanos para asegurar
que ninguna parte del cerebro se quedaría. Y 14 días después probaron su
hipótesis: en el primer intento, no hubo mucha diferencia entre los gusanos
entrenados y los no entrenados pero desde la segunda ronda ¡los que habían sido
entrenados lograron ir a comer y regresar mucho más rápido que los otros!
Solamente necesitaban refrescarse un poco la memoria, pues…
Esta
regeneración de la memoria sin haber guardado un solo pedazo del cerebro
anterior es un resultado fascinante pero difícil de entender y explicar. Parece
imposible que la memoria se regenere después de una decapitación o sea de una
desaparición de los tejidos del cerebro donde se supone que esté. ¿Cómo se pudo
comprobar que sí entonces? Uno de los investigadores afirma: “no tenemos la respuesta a esta pregunta. Lo
único que sabemos es que la memoria parece conservarse fuera del cerebro de
manera remarcable”. Es probable que el aprendizaje se haya quedado en los
neoblastos que regeneran los tejidos, como un reinicio de computadora a partir
de un disco de respaldo. Quizás se estudiará también la hipótesis de James
McConnell aunque sea descabellada. Todavía es imposible saber cómo se pudo
regenerar la memoria pero el resultado promete mucho para el futuro.
No comments:
Post a Comment