Temporada de huracanes: qué son? dónde están?

Ahora se habla mucho de huracanes y tormentas tropicales que son dos tipos de vientos violentos que afectan nuestras regiones cada año en esta temporada. Cada año nos vienen a asustar o molestar, pero no los conocemos bien. ¿Cómo se forman, de dónde vienen y cómo se detectan? ¿Por qué tienen nombres diferentes, cómo se clasifican? Hay regiones donde se llaman ciclones o tifones, pero ¿son los mismos?

Formación

Los huracanes, ciclones y tifones son perturbaciones meteorológicas muy grandes, en forma de círculos de nubes concentradas en una masa gigantesca organizada en varias espirales girando alrededor de un remolino central. Su diámetro completo es de varias centenas de kilómetros y puede ser de hasta 1000km, pero la parte la más activa es la que está alrededor del centro (el famoso ojo del ciclón, muy tranquilo), en un radio de 150km/h donde los vientos pueden llegar a unos 350km/h.

Para que se forme un huracán, se necesita reunir varias condiciones meteorológicas, geográficas y térmicas muy específicas. Primero, esos fenómenos aparecen en solamente 7 regiones en el mundo (ver mapa). Luego, se tiene que presentar una zona de perturbación (nubes o tormenta) entre los trópicos, en el mar abierto, donde el aire es particularmente inestable. En esta zona, la temperatura del agua tiene que ser mayor a 26 grados no solamente en la superficie sino también en la profundidad (hasta los 50m) par que se presente una gran evaporación de agua que formará el huracán. Los océanos y mares son entonces los lugares donde esos fenómenos toman su energía. La pierden rápidamente en la tierra firme y es cuando se transforman en tormenta tropical.

Pero eso no es todo: para que se genere la gran fuerza de los huracanes, ciclones y tifones, el mecanismo tiene que nacer en un lugar situado a menos de 550km del ecuador donde la fuerza natural de Coriolis (generada por la rotación de la Tierra) desvia los vientos y les da su dirección. Finalmente, si la velocidad de los vientos que se forman se mantiene a lo largo de una docena de kilómetros de altura, todas las condiciones están reunidas y se forma el huracán.

Clasificación

Aunque no se puedan evitar, a partir de todos estos parámetros, se pueden mejor predecir y estudiar estos fenómenos. Se clasifican en función de la velocidad que alcanzan sus vientos, de la depresión tropical (inferiores a 63km/h) al huracán (mayores a 117km/h) pasando por la tormenta tropical. Los huracanes también están clasificados y existen dos escalas diferentes según la forma de medir la clase de huracán que se presenta. Sin embargo, básicamente las dos escalas Saffir-Simpson y Dvorak evalúan los daños que causan las tormentas.

Una vez que se ha detectado un tormenta o un huracán, se estudia en qué dirección se desplaza y a qué velocidad para intentar prever lo que puede causar. Para poder comunicar con las poblaciones potencialmente afectadas por ellos y para prevenirlas, siempre  se les da un nombre. El nombre permite efectivamente evitar confusiones cuando se presentan varias perturbaciones al mismo tiempo. También, para identificar la cronología se bautizan en orden alfabético y con nombres de hombre y mujer de manera alternativa. Por supuesto, esos nombres están predeterminados en una lista. En nuestra zona, es un centro especializado en Miami, Florida que bautiza los huracanes.

Cuando pasan…

Finalmente, cuando llegan cerca de nosotros, ya sabemos que pasa… Los daños pueden ser considerables. Y no solamente el viento nos afecta. A distancias de hasta 1000km del centro de la perturbación, aunque el viento no se sienta tanto, las lluvias también pueden llegar a ser devastadoras como en el Valle de México estos días. En la isla de la Reunión, en el Oceano Indigo por ejemplo ha caído 1.80m de agua en 24h. También la marea puede ser importante: el viento eleva el nivel del mar localmente de varios metros y genera mareas a la distancia. En 1970, 300,000 personas murieron en Bangladesh debido a este fenómeno. Ahora bien, a pesar de un mejor conocimiento general del efecto, todavía es casi imposible prever muchos parámetros como la duración, el tamaño, la cantidad de agua y la velocidad de los vientos de los huracanes.