Ahora, para reportar los niveles de contaminación en
el aire, es posible que utilicen una escala un poco extraña: la longitud del
vello de la nariz. Veamos en qué consiste.
La calificación
de buena a mala que las autoridades oficiales dan al aire que respiramos no es
tan sencilla de establecer y se tienen que tomar en cuenta varios parámetros
que podrían llegar a ser difíciles de entender para el público en general. Se
miden las concentraciones de varias sustancias contaminantes como el ozono y el
monóxido de carbono así como el tamaño de micro partículas de materiales
suspendidas en el aire y que penetran nuestro sistema respiratorio. Para que
sea entendible más rápidamente, en México, se estableció una escala sencilla de
nivel de contaminación del aire que se llama IMECA por Índice Metropolitano de
Calidad del Aire. Ella consiste en una calificación de puntos entre 0 y 500: de
calidad satisfactoria (0 a 100) a muy mala (301 a 500). El
Valle de México, Guadalajara, Monterrey, Ciudad Juárez, Tijuana, Coatzacoalcos y Toluca son ejemplos donde las autoridades tienen que regular los niveles con
políticas públicas. Con el crecimiento de la población, de la industria y del
tráfico en general, eso no es tan fácil.
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Contaminación y smog en la Ciudad de México |
Este
problema de medio ambiente se está generalizando a nivel mundial y la solución
no parece ser obvia. Recientemente, los dirigentes de todos los países se
reunieron en Doha para discutir del problema y buscar remedios pero no pudieron
ponerse de acuerdo. Existen grandes intereses económicos que impiden tomar medidas
drásticas para limitar el alza de la contaminación del medio ambiente. La
Organización Mundial de la Salud reportó recientemente que el problema de la
contaminación del aire es una epidemia: mata a 1.3 mil millones de personas en
el mundo. El 61.5% de ellas se encuentran en Asia, donde el problema es muy
grave. Efectivamente, allá hay un gran número de ciudades en pleno crecimiento industrial
y económico y este crecimiento es bastante rápido. Para que la población asiática
sea totalmente consciente del problema, las autoridades inventaron una nueva
escala fácil de entender aunque parezca extraña. La campaña que la dio a
conocer para que nazca la consciencia de la severidad de la contaminación del
medio ambiente se llama “la campaña de la nariz peluda” (literalmente Hairy
Nose Campaign).
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Contaminación en Beijing |
El año pasado,
un artículo científico publicado en “Popular Science” reportó que el vello nasal tiene un papel muy importante en nuestra protección contra los contaminantes: actúa como una barrera de tipo trampa contra polvo, virus, bacterias y toxinas. Estos contaminantes se quedan en la entrada de nuestro cuerpo y los expulsamos cuando expiramos. Dicen que alguien con más vello nasal tiene mucho menos probabilidad de padecer asma. Aunque no se haya comprobado realmente que el tamaño del vello se adapte al nivel de contaminación del aire que respiramos ni que la longitud de esas fibras corresponda al tamaño de las partículas que se encuentran en él, el diagrama interactivo que las autoridades incorporan a sus reportes oficiales ayuda mucho a entender el problema. Es poco realista, un poco feo y muy exagerado (¡miren el tamaño de los dos pelos nasales que está dibujado!) pero que es claro y visual, ¿no están de acuerdo?
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