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Thursday, March 22, 2012

Detectar enfermedades en el aliento


En nuestra columna IQ, ya hemos presentado que se pueden entrenar perros para poder detectar con el olfato si una persona tiene cáncer a partir de su aliento. Recientemente, algunos trabajos han reportado que se pueden utilizar incluso abejas para detectar trazas de compuestos utilizados en la elaboración de explosivos para mejorar la seguridad pública. Básicamente, la idea común a estos casos es desarrollar sensores muy eficientes y sensibles para poder alcanzar una detección a distancia de trazas ínfimas de algunas moléculas en particular. Hoy les vamos a presentar un proyecto que se está desarrollando en México para detectar trazas moleculares de diabetes y cáncer en el aliento de los pacientes.



En varios aeropuertos del mundo, ya se utilizan sensores muy especiales que son capaces de detectar si una persona presenta trazas de material explosivo en su ropa o su maleta, por muy pequeñas que sean. Esos detectores son tan sensibles que están remplazando los perros específicamente entrenados para oler esas sustancias. Sin embargo, en el caso de las drogas por ejemplo, los detectores electrónicos, ópticos o químicos no presentan un desempeño tan bueno como el de los perros, ya que puede resultar difícil encontrar materiales o haces de luz que interactúen con algunas de las sustancias que se requieren buscar. Como la seguridad pública es un tema muy delicado e importante, se entiende porque el desarrollo de sensores de material explosivo fue prioritario a la hora de invertir en la investigación para detectores sensibles.

En la detección de enfermedades en etapas tempranas, se están buscando métodos eficientes también que sean capaces de notar cambios pequeños que sean señales de una posible enfermedad grave pero que se pueda curar si se detecta a tiempo. Ya hemos hablado aquí de los perros capaces, con entrenamiento apropiado, de detectar varios tipos de cáncer para curarlos tempranamente. Sin embargo, todavía no existen los sensores electrónicos, ópticos o químicos capaces de realizas tales proezas, ya que las trazas o pequeñas partículas a detectar (es decir, señales) son extremadamente bajas. Estamos hablando de muy pocas moleculas “señales” por millones de aire. Existen algunos trabajos muy interesantes en los cuales los investigadores aspiran desarrollar técnicas de detección de trazas en el aliento con luz láser. En México, un equipo multidisciplinario de la UNAM está armando un dispositivo de este tipo, bajo la asesoría del Dr. Antonio Juárez Reyes del Instituto de Ciencias Físicas de Cuernavaca. Están utilizando una propiedad conocida en medicina que quieren sensar: el aliento de una persona enferma puede tener bio-marcadores específicos de su enfermedad. Por ejemplo, trazas de acetona pueden significar que la persona tenga cáncer de pulmones o diabetes, el peróxido de hidrogeno (o agua hidrogenea) es marcador del asma y el amoniaco de problemas renales. Utilizando un láser, esperan poder detectar trazas en muy bajas concentraciones en el aliento de la gente para poder diagnosticarle más fácilmente sus problemas y curarlos más eficientemente. La primera etapa será a gran escala, sobre una mesa de laboratorio, y luego se intentará miniaturizar el dispositivo. En IQ y en nuestro blog, les proporcionaremos los detalles conforme avance el proyecto.


¿Sabías que en México…?

… las autoridades públicas compraron un aparato muy versátil llamado GT200 susceptible de detectar armas, drogas y explosivos. El aparato es muy polémico desde sus primeras utilizaciones. Aunque los policías y soldados del ejército mexicano que lo han utilizado digan que ha servido a resolver muchos casos, físicos de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) parecen determinado a avisar el público que el pequeño aparato portátil usado en la lucha contra la delincuencia carece de eficacia, a pesar de su elevado costo (entre 20 y 30 mil dólares para cada una de esas antenitas). Como ejemplo pionero, la oficina inglesa de Asuntos Exteriores señaló en 2010 que había prohibido el uso del GT200 en Irak y Afganistán para que sus soldados no sufran daños debidos a la explosión de bombas que el GT200 no hubiera detectado. Además, advirtió que dispositivos como el GT200 eran “completamente inefectivos para detectar bombas y explosivos” como lo proponen. Aquí en México Luis Mochán Backal, del Instituto de Ciencias Físicas de la UNAM en Cuernavaca, dijo en el Universal en 2010 que “el aparato no tiene nada: es un mango de plástico con una antenita que rota alrededor de un pivote y una cajita donde se pone una especie de tarjetas de crédito”. Mochán ya ha presentado unos trabajos de investigación frente al Senado de la República explicando que el aparato es una estafa pseudocientífica y está actualmente en proceso de probarlo con un protocolo riguroso donde participen operadores “certificados” del GT200. Mientras, vale la pena seguir los trabajos reales y más comprobados que se están realizando en nuestro país.

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