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Sunday, June 16, 2013

La huella cerebral del dolor identificada



El dolor es muy subjetivo. A cada uno de nosotros nos ha dolido algo algún día pero la escala del dolor es diferente para cada persona y por lo tanto es un concepto difícil de cuantificar. Sin embargo, a los médicos les importa mucho entender o medir cuanto duele algo para saber qué tipo de respuesta puede adaptarse al paciente, y por supuesto aliviarlo. Hay otros casos en los cuales es imposible preguntarle al paciente si algo le duele y cuanto le duele: los bebes no saben decirlo (y un grito o llanto puede tener muchas causas), las personas en coma o bajo el efecto de productos anestésicos tampoco pueden hablar, complicando mucho el trabajo de los profesionales de la salud. Hoy, parece que finalmente se encontró un método de detección del dolor basado en señales cerebrales. Mediante un escáner de resonancia magnética, unos científicos de varias Universidades de EEUU han podido “visualizar” el dolor y su intensidad en el cerebro en voluntarios. Incluso, gracias a los resultados de otros estudios recientes, propusieron que el método pueda servir de cuantificador de depresión, ira y ansiedad.
El Dr. Tom Wager de la Universidad de Colorado, Boulder y sus colegas de Nueva York, Baltimore y Michigan han puesto a 114 voluntarios en un equipo de resonancia magnética para visualizar la actividad cerebral dinámicamente y en tiempo real. Los expusieron a una temperatura más o menos alta, pidiéndoles una calificación del 1 al 10 del dolor experimentado por el calor generado en su cuerpo durante el experimento. Al mismo tiempo registraban los datos del escáner e intentaban obtener patrones identificables para todos los pacientes durante el experimento. Con este método lograron diferenciar a los que sentían calor de los que sentían dolor con 95% de éxito. Efectivamente, pudieron identificar donde estaba presente la señal neurológica del dolor así como medir su intensidad y (más importante) vieron que no había un patrón único para cada uno sino que un patrón común. A la señal que pueden visualizar con el escáner, los investigadores la llaman “huella de dolor”.

Aunque requiera de más estudios a futuro para validar realmente la prueba para medir el nivel de dolor con altos niveles de confianza, su tasa de éxito es suficientemente grande como para ser de gran interés médico. Pues sería una medición ya objetiva que no dependería de otros parámetros. Además de haber visto los niveles de dolor gracias a este método pudieron ver niveles de tristeza y otros estados emocionales así como obtener su huella también. Fue muy sorprendente identificar la huella del dolor como una actividad cerebral que corresponde a la del “dolor social”. También se dieron cuenta de que según la zona afectada o el tipo de dolor (que no sea debido al calor), la huella del dolor puede cambiar. En el último estudio que se realizó en la publicación del mes de abril 2013, los investigadores inyectaron analgésicos para disminuir la sensación de dolor y pudieron corroborar gracias al escáner que bajaba gracias a esos medicamentos.


Finalmente, todos estos parámetros que se encontraron son útiles para los médicos que necesitan medir y cuantificar el calor pero necesitarán calibración para identificar exactamente y específicamente lo que se busca. Además, un equipo de resonancia magnética es extremadamente caro y sería una forma bastante costosa de ver algo que hasta la fecha no se ha podido medir. Sin embargo, se piensa que con más estudios se podrá entender mejor el problema del dolor, de su origen a su expresión, y quizás permitir otros métodos de medición a largo plazo. Esperemos entonces los próximos estudios, con dolor debido a otra causa que el calor

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