Increíble: en
2009, una paciente de sesenta años originaria de la ciudad de Los Angeles, en
California, llama a su cirujano plástico un día porque no puede abrir su
parpado derecho sin sufrir un tremendo dolor. Eso suele pasar con operaciones
de restructuración plástica en zonas muy sensibles como los ojos. Sin embargo,
al cirujano le cuesta creer la segunda parte de la historia cuando le cuenta la
pobre señora que además del dolor al abrir el ojo se escucha una especie de
“clic”. Al examinar su paciente en persona, el doctor se da cuenta que algo
fuera de lo común (y de lo esperable) había pasado y decide operar su paciente
para averiguar lo que había pasado. Más de seis horas después, el doctor acaba
de sacar los últimos pedacitos de huesos (!) que encontró en el parpado y en
los tejidos alrededor del ojo de la paciente. El ruido provenía del choque que
hacían esos pedazos al abrir y cerrar el ojo. ¿Cómo ha pasado eso?
Un nuevo tratamiento cosmético basado en
células madre…
Tres meses antes
del descubrimiento escalofriante de los pedazos de huesos en su ojo, la
paciente sexagenaria había decidido realizarse una nueva operación de cirugía
estética bastante cara: un lifting
facial con sus propias células madre. El cirujano había removido tejido graso
de su parte abdominal del cual había aislado algunas células llamadas
mesenquimales que pueden duplicarse en un estadio totalmente inmaduro (es decir
todavía no diferenciado, que no tiene su especificidad) para luego
desarrollarse en varios tipos de tejido maduro según la necesidad: cartílago,
tejido graso, musculo, e incluso hueso. Luego, estas células se pueden volver a
inyectar ya maduras en el ojo para rejuvenecer los tejidos. Efectivamente,
ellas se convierten en nuevo tejido que también liberan químicos para curar las
otras células y estimular su proliferación.
En el caso de
nuestra paciente de interés, el cirujano inyectó también un relleno adicional
que se utiliza en cirugía plástica desde hace más de 20 años para borrar las
arrugas. Sin embargo, este material a base de hidroxiapatita (un mineral que
tiene calcio) está también utilizado en biología de células madre como factor
de crecimiento de ellas en huesos. Y parece ser que los que operaron a esta
paciente desconocían el dato ya que mezclaron los dos agentes para un
tratamiento en un ser humano.
Una célula madre pluripotente (stem cell) se puede diferenciar en muchos tipos de células según su entorno |
… que resulta ser muy peligroso
La paciente de
la cual hablamos hoy no fue la única en realizarse este tipo de operación
estética milagrosa. La idea de utilizar células madre para reparar y
rejuvenecer se está propagando tanto en cirugía estética como en cirugía ortopédica.
El problema real es que no se prueban los tratamientos antes de aplicarlos y
eso puede tener graves consecuencias en algunos pacientes. El cirujano que
extirpó los pedacitos de hueso de la cara de la pobre paciente dice que es
probable que algunos otros tarden en presentarse en otros lugares de la cara
algún día.
Los organismos
de control no pueden frenar tan fácilmente una práctica que se extiende cada
vez más. Efectivamente, los productos cosméticos no son medicamentos y no
requieren de una aprobación legal muy drástica. Ya se venden cremas, ungüentos
y píldoras que no han sido probados y pretenden permitir el uso correcto de
nuestras propias células madre o que contienen unas de plantas o de animales
para una gran variedad de efectos saludables y bastante favorables al
rejuvenecimiento de todos los órganos. No se sabe mucho de los efectos
secundarios ni del potencial daño que podrían causar. Sobre todo si se mezclan
con otros medicamentos o con algunas dietas en especial. Probar antes de comercializar
es absolutamente necesario, sin embargo las grandes marcas de cosméticos,
incluso las más famosas y de alta reputación, no se sienten obligadas a
realizar esas pruebas que serían muy costosas.
También es
posible, y se ha demostrado varias veces que existe este riesgo, que se
desarrolle una especie de cáncer si el desarrollo celular se descontrola por
culpa de la mala utilización de células madre. Efectivamente, ellas pueden
activar el proceso de crecimiento acelerado de células cancerosas durmiente. Y
no hay suficientes estudios para descartar que tanto inyecciones como
aplicación de cremas en la piel con células madre no presentan riesgos.
Finalmente,
además del obvio riesgo que corren los consumidores que compran y usan
tratamientos no probados, existe la amenaza a la investigación científica seria
que pretende buscar un posible progreso con células madre. Efectivamente,
siempre existe la esperanza de poder utilizar células madre para terapias y medicina
en general, pero eso requiere de muchos estudios preliminares; y si el público
rechaza este tipo de ciencia por culpa del mercantilismo acelerado de la
industria cosmética, el progreso podría llegar mucho más tarde.
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