Algunos dicen que el siglo XXI podría
ser el siglo del agua. Es difícil anunciar eso con apenas 12 años terminados y atrás
de nosotros y más de 87 faltantes. Sin embargo, en México, es obvio que el agua
ya es escasa y que hay que cuidarla mucho más que en otros lugares del mundo.
Programas públicos enseñan a la población a ahorrarla y ya es necesario cambiar
algunas costumbres para evitar desperdiciarla para que todas y todos podamos
disfrutarla razonablemente; finalmente, somos hechos de 75% de agua y es un líquido
vital, no hay duda. También algunos argumentan que el problema real va más allá
del simple problema de la gestión del agua a nivel mundial: pues dicen que los
problemas ambientales podrían acabar con todo más rápido que la escasez del
agua. Y para muchos de los expertos en el tema, los responsables somos
nosotros. Nuestra conducta, nuestras costumbres, nuestra basura, nuestro consumo
energético van a contaminar todavía más el aire, los suelos y como consecuencia
la comida que comemos y el agua que tomamos para vivir.
Agua embotellada
El problema del agua es muy grave, ya. Y no solamente el agua de la llave. Según el Centro
Virtual de Información del Agua, un estudio reciente del famoso Fondo Mundial
para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés) ha demostrado que “el
agua embotellada no es más saludable o segura para beber que el agua común y corriente”. Primero, la enorme
demanda actual de 125 mil millones de litros de agua por año* causa graves
problemas ambientales, sobre todo por los desechos de plástico que genera. ¿Se
acuerdan de los continentes de basura (en su mayoría, plásticos) en el fondo de
los océanos de los cuales hablamos en IQ?
Además, para evitar problemas potenciales
de salud, el agua que se embotella se tiene que purificar. En México existen
varias marcas de purificadoras que se comparten el mercado nacional según los
gustos del público. Como lo hace notar el Centro Virtual de Información del
Agua en su página web, es interesante remarcar que muchos de nosotros elegimos
el agua no solamente por el precio sino por el sabor que puede llegar a tener. Pues
a veces, el agua nos sabe a cloro; asegura la ausencia de bacterias pero no es
agradable. Eso es sorprendente ya que los procesos de purificación siguen
normas muy estrictas y por lo tanto deben saber igual**. Lo único que puede
realmente diferenciar esas aguas es la fuente de origen.
Fuentes y mantos acuíferos contaminados
El agua embotellada proviene de una
fuente natural. Todavía no existen procesos de tratamiento de aguas residuales
o aguas negras que permitan reciclar las aguas usadas para volver a tomarlas
sin peligro. Existen finalmente pocas aguas de origen totalmente natural como
en Europa donde las aguas minerales contienen efectivamente minerales en cantidades
suficientes para ser saludables y recomendables (a comparación con las aguas
purificadas que no contienen nada). Algunas marcas europeas se venden (muy
caras, por cierto) en México. Provienen siempre de un solo lugar,
frecuentemente cerca de montañas más o menos altas donde la lluvia tarda muchos
años en filtrarse en el suelo superficial y profundo. Ese proceso natural
permite que los mantos acuíferos sirvan de reserva natural de agua que se
embotella después, cuando sale en su fuente original para nuestro consumo. El
recorrido del agua filtrada es lo que le permite captar lo minerales específicos
del lugar.
Lamentablemente, esas aguas minerales
ya no son tan limpias y libres de contaminantes como antes. En marzo del
presente año, un estudio meticuloso realizado en Francia ha revelado que varias
marcas muy conocidas de este gran consumidor de aguas embotelladas (a pesar de ofrecer
agua de la llave totalmente potable también) presentaban pesticidas y medicamentos
residuales en el agua. Hecho particularmente alarmante: encontraron trazas de
un medicamento en forma de hormona sintética para tratar el cáncer de mama en
aguas de regiones diferentes del país. Eso parece indicar que la filtración
natural del agua mineral de origen natural y sin purificación no permite quitar
moléculas muy pequeñas fabricadas por el hombre. Se pueden imaginar lo que una
hormona podría provocar en niños por ejemplo… Y la contaminación de las aguas
reveló también la presencia de unos químicos utilizados en productos cosméticos
y de limpieza que las plantas de tratamiento de agua no pueden eliminar del
agua. Como ya están en el agua, ¿cómo filtrarlos en el futuro? y ¿cómo evitar
que siga aumentando su concentración? Es un reto tecnológico que podría hacer
que suba el precio del agua en un futuro no muy lejano.
Botellas liberando toxinas
La contaminación de las aguas
embotelladas tiene otra fuente muy peligrosa: sus contenedores. Efectivamente,
una gran variedad de plásticos usados en todos los empaques, botellas, mamilas,
Tupperware, e incluso juegos para niños liberan toxinas poco a poco en los
alimentos o líquidos. Las más comunes y tóxicas son los ftalatos, los PCB, el poliestireno,
el PBDE y el bisfenol A (BPA)***. Los últimos dos productos pueden producir
infertilidad o ser disruptores endocrinos respectivamente. El poliestireno es también
liberado por los vasos de unicel en los cuales se vierte el café caliente o
sirve de recipiente para ensaladas. Otro plástico sujeto de controversia es el
PET de las botellas de agua, justamente. Parece que libera poco a poco en el
agua toxinas que podrían causar cáncer, sobre todo si se calienta mucho.
En el caso de los plásticos para
envases, es recomendable utilizar los que realmente son seguros para alimentos
y bebidas: son fáciles de reconocer por el número que traen en el centro de
tres flechitas que forman un triangulo. Los que hay que utilizar son los números
2, 4 y 5.
En conclusión, idealmente hay que
usar una botella que vamos a lavar (sin usar más agua que necesaria) y reutilizar
como envase único. Eso es para el contenedor. Para el contenido también hay que
evitar tirar nuestra basura en cualquier lugar y promover el reciclaje ya que
si se llega a quemar todo lo que se desecha, los productos grandes y microscópicos
llegarán en el agua algún día y los menos naturales se quedarán en el agua,
causando un verdadero problema de contaminación y de salud pública.
* Esa demanda es creciente. México es de los primeros consumidores
de agua embotellada a nivel mundial, totalizando más del 10% de todo el consumo
global.
** Detalles sobre las marcas de purificadoras en
México, de sus procesos de purificación y de las diferencias con el agua
hervida de la llave se pueden encontrar en www.agua.org.mx
*** para todos los productos de bebés, es importante
verificar que el empaque diga explícitamente “sin BPA” (o “BPA free” en
inglés)
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