Artículo publicado en el Liberal del Sur el domingo 5 de febrero de 2012.
Desde el 1970 existe la idea de
utilizar la tecnología láser (que apenas cumplió 50 años en 2010) para
remplazar cohetes y mandar diversos objetos al espacio. El proyecto no ha sido
concretado por varias razones, una de las cuales es que la utilización del
láser desde los años setenta ha encontrado aplicaciones mucho más prácticas (y
fáciles de implementar) y se dejó a un lado la idea, aunque muy bonita. Ustedes
ya saben que el láser se usa por ejemplo para cortar materiales con mucha
precisión, para operaciones quirúrgicas rápidas que requieren de métodos que
permitan trabajar de manera muy localizada y sobre zonas pequeñas. Sin embargo,
la idea de la propulsión láser está retomando vida poco a poco gracias a
avances recientes y parece cada vez más factible mandar objetos en el aire y
hacerlos volar con un haz de luz muy intenso.
Una tecnología nueva
Entre 2005 y 2009, la NASA organizó
una competencia abierta para ver quien podía desarrollar aplicaciones
tecnológicas de transporte vía energía inalámbrica. El objetivo principal del
concurso era de monitorear y premiar investigaciones de punta sobre unidades
que se podían propulsar de manera muy innovadora, con la meta última de mandar
objetos al espacio con otra tecnología. En 2009, la compañía LaserMotive de Seattle ganó el concurso
con un dispositivo muy especial cuya propulsión era generada con luz láser
enfocada en un pequeño vehículo de 5 kilogramos. Gracias a esa energía,
producida a distancia de manera totalmente inalámbrica, lograron hacer que
subiera el aparato hasta a un kilometro de altura a lo largo de un cable
vertical en aquel entonces, a la velocidad de 13 kilómetros por hora. Un año
después, la misma empresa rompió el record de duración para un vehículo aéreo
no habitado (o UAV, por sus siglas en inglés: unmanned aerial vehicle) y
sostuvo en el aire un cuadricoptero durante 12 horas gracias a la misma
tecnología.
Un reto de construcción
Jordin Kare, uno de los ex-investigadores
de la compañía LaserMotive, está
ahora investigando los caminos posibles para lograr obtener propulsión láser en
un laboratorio del famoso Lawrence
Livermore National Laboratory. Dice que en un futuro no tan lejano se
podrán enviar objetos no muy pesados en órbita con un costo menor a 50 dólares
por kilo gracias a láseres. En comparación, los sistemas actuales cuestan entre
US$4,000 y US$40,000…
El proyecto especial de elevadores
espaciales del grupo de Jordin Kare forma parte de un plan de cambio de paradigma
a nivel nacional para intentar desarrollar propulsión láser de manera eficiente
y mandar sensores, satélites y naves espaciales de otra manera, si posible más
limpia. Ahora, gracias a un arreglo de muchos diodos láser enfocados sobre un
objeto para amplificar la exposición de esos objetos pesados a la energía
luminosa y poder levantarlos. Efectivamente, construir un solo láser grande que
realizaría la misma operación es tecnológicamente arriesgado y muy caro. Además,
la potencia requerida para poder realizar un despegue de objetos pesados es
todavía demasiado elevada pero se trabaja mucho en reducirla. En fin, se piensa
ahora que la técnica de propulsión láser presenta más ventajas que otras
opciones de alimentación en energía a distancia como la utilización de ondas de
microondas por ejemplo. Aunque más económica, aquella solución es efectivamente
muy difícil de amplificar y enfocar en un solo punto u objeto, y es casi
automático con un láser. Además, la propulsión láser parece ser la perfecta
respuesta a la demanda actual, ya que la mayoría de los países que quieren
mandar objetos en el espacio (para investigación, monitoreo o aplicaciones
comerciales) solamente buscan colocar pequeñas unidades de menos de 100 kilogramos
que no requieren de un cohete grande. Ahora bien, mandar naves espaciales
habitadas con láseres todavía parece asunto del otro mundo.
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